1. Inspección:
Se realiza una inspección visual de todas las luces del vehículo, incluyendo faros delanteros, luces traseras, luces de freno, luces intermitentes, luces de marcha atrás y luces de matrícula.
2. Reemplazo de bombillas:
Si se encuentra una bombilla fundida durante la inspección, se procede a su reemplazo. Es importante utilizar bombillas del tipo correcto y de la potencia recomendada por el fabricante.
3. Ajuste de la alineación de faros:
Los faros delanteros deben estar correctamente alineados para proporcionar una iluminación efectiva sin deslumbrar a otros conductores. Si es necesario, se ajusta la alineación de los faros.
4. Limpieza de lentes y reflectores:
La suciedad, el polvo y otros residuos pueden acumularse en los lentes y reflectores, afectando la eficacia de las luces. Se realiza la limpieza de estas partes para mantener una iluminación clara.
5. Verificación del sistema eléctrico:
Se verifica el sistema eléctrico relacionado con las luces para asegurarse de que no haya problemas de cableado, fusibles fundidos o conexiones sueltas que puedan afectar el funcionamiento de las luces.
6. Revisión de luces de señalización:
Se comprueba el correcto funcionamiento de las luces intermitentes, tanto delanteras como traseras, para asegurar que el vehículo pueda indicar adecuadamente las intenciones de giro.
7. Control de luces de freno:
Se verifica el funcionamiento adecuado de las luces de freno para garantizar que sean visibles y alerten a otros conductores cuando se aplique el freno.
8. Sustitución de unidades completas si es necesario:
En algunos casos, especialmente si hay daños significativos en la carcasa de las luces, puede ser necesario reemplazar unidades completas.
